ROSMARY ROMERO ROMERO. ESPECIALISTA EN ESTIMULACIÓN DE LA MENTE Y LA MEMORIA

  • Queremos estudiar si hay relación entre alzhéimer y pobreza, como ocurre con la obesidad.

      11 de Abril de 2017

    El progreso científico contra el alzhéimer de las últimas décadas ha sido más lento de lo esperado. Entre los aprendizajes sobre la enfermedad que aún no tiene tratamiento se encuentra el conocimieno de que es necesario actuar contra ella mucho antes de que aparezcan los primeros síntomas. Esta es una característica que comparte con otra enfermedad que aparentemente no tiene nada que ver con esta neurodegenerativa. La diabetes, un trastorno del metabolismo causado por la resistencia a la insulina que genera unos elevados niveles de azúcar en sangre, puede detectarse con un simple análisis mucho antes de que provoque daños en los órganos de quien la sufre.

     

    Esta no es la única característica que parecen compartir ambas enfermedades y hay investigadores que llegan a plantear que el alzhéimer sea un tercer tipo de diabetes, además de la tipo 1, la enfermedad autoinmune que se presenta desde la juventud, y la tipo 2, asociada a la obesidad. Uno de estos científicos es Ramón Gomis (Reus, 1946), médico endocrino y director del IDIBAPS (Institut d'investigacions Biomèdiques August Pi i Sunyer), uno de los centros de investigación biomédica líder en España, ubicado en Barcelona.

     

    Recientemente, en un debate organizado por la Cátedra Fundación AstraZeneca de Innovación en Diabetes, que también dirige Gomis, varios expertos debatieron sobre la posibilidad de considerar al alzhéimer una diabetes tipo 3 y las implicaciones que eso tendría para su tratamiento.

     

    "El estilo de vida condiciona posiblemente la enfermedad cardiovascular, la diabetes y también el alzhéimer"

     

    Pregunta. ¿Está aceptado que el alzhéimer sea otro tipo de diabetes?

     

    Respuesta. No hay unanimidad. Ambas enfermedades tienen en común que probablemente hay algo que se llama resistencia a la insulina. Las personas que sufren diabetes tipo 2 tienen un grado de resistencia a la insulina asociado muchas veces a la obesidad. En alzhéimer se ha visto que también hay una resistencia a la insulina en áreas neuronales, algunas específicas que pueden tener que ver con la memoria. Esto ha planteado que podría haber algo en común en la señalización de la insulina en tejidos periféricos de diabetes convencional y en alzhéimer. Lo que es curioso es que ya hay ensayos con fármacos antidiabéticos para el tratamiento del alzhéimer.

     

    En lo que si hay acuerdo es que hay una fase previa que lo condiciona todo y es lo que tienen ambas enfermedades en común. Además, en esas fases iniciales, en las dos enfermedades es muy importante el estilo de vida y la nutrición. Esto es algo que ha planteado un investigador como Emilio Ros, uno de los autores más citados sobre dieta mediterránea, que especula con que el estilo de vida previo condiciona posiblemente la enfermedad cardiovascular, la diabetes y también el alzhéimer.

     

    "Estamos cambiando enormemente con las bebidas azucaradas, que no favorecen la salud de las personas"

     

    P. ¿Hay base científica que permita recomendar actividades para ralentizar la aparición de una demencia igual que se hace con la diabetes?

    R. Es necesaria una educación para saber escoger en lo que se refiere a la alimentación. Estamos cambiando enormemente con las bebidas azucaradas, que no favorecen la salud de las personas. La gran cantidad de grasas saturadas o trans tampoco son saludables. Nuestro estilo de vida, con el estrés, la obsesión por la máxima rentabilidad, también limita el estilo de vida saludable, por el tiempo para comer o disfrutar de la comida. Todo esto influye mucho en las enfermedades. De hecho, la gente con menos recursos económicos tiene más obesidad y sobre todo los niños, porque las dietas hipercalóricas son más baratas y cada día es más cara la fruta y la verdura.

     

    P. ¿Se ha visto esa correlación entre pobreza y alzhéimer como con la obesidad?

    R. Sabemos que la diabetes infantil de tipo 2, relacionada con la obesidad, es mayor en poblaciones con bajos recursos. En alzhéimer no tenemos este tipo de estudios, no tenemos cohortes para poder pensar que en personas que han sufrido obesidad desde jóvenes el alzhéimer aparece antes. Sería interesante estudiar si hay relación entre alzhéimer y pobreza, como con la obesidad.

     

    P. Habla de que es fundamental la prevención, tanto en diabetes como alzhéimer.

    R. Ahora no hay ningún tratamiento eficaz para el alzhéimer. Es cierto que lo diagnosticamos cuando ya está muy adelantado, cuando se ha producido todo el impacto negativo. La diabetes la diagnosticamos con una determinación de glucosa mucho antes de que se haya perdido el riñón, la vista o se esté en una fase muy terminal. Pero no tenemos marcadores precoces de enfermedad de alzhéimer y de diabetes, sí. Si somos capaces de adelantarnos en estas fases más iniciales, tendremos tratamientos mejores.

     

    P. ¿Qué tratamientos para el alzhéimer podrían surgir a partir de este entendimiento como un tercer tipo de diabetes además de la prevención mediante un estilo de vida saludable?

    RLa prevención va a ser clave, pero no solo a través del estilo de vida. Hay descubrimientos como las estatinas para bajar el colesterol que son importantes para la prevención de la enfermedad. La diabetes la tratamos para prevenir las complicaciones. Una persona con una glucemia de 200 puede ir por la calle, no le va a pasar nada. Sabemos que si tiene una glucosa alta y no utilizamos un mecanismo antidiabético, va a tener un problema visual, una retina diabética o un riñón diabético al cabo de unos años. La prevención no solo es con el estilo de vida, también queremos crear fármacos para prevenir a veces la enfermedad y a veces las complicaciones. Los fármacos para prevenir el daño del alzhéimer pueden hacer que el fallo en la memoria que ahora se produce con 60 años, se produzca con 90.

     

    Fuente: El País