23 de Enero de 2017
¿Alguna vez se te ha olvidado dónde has puesto las gafas o las llaves de casa o del coche, y te has vuelto loco buscándolas?¿Cuántas veces te ha ocurrido que conoces a un actor de toda la vida, pero “horror” ¡no recuerdas su nombre! o incluso con gente más cercana a ti. ¿Alguna vez vas a decir una palabra y no te sale? ¿Cuántas veces te ha ocurrido que vas a una habitación de tu casa y no tienes ni idea a qué has ido?
¿Quién se ha quejado alguna vez de su memoria?
Púes, efectivamente, todo el mundo se queja o se ha quejado alguna vez de su memoria, independientemente de sus estudios, profesión y edad. Lo que ocurre es que no es lo mismo que se te olviden las cosas con 30 que con 60. Cuando somos más jóvenes solemos achacar estos olvidos al estrés, problemas personales, etc., pero a partir de los 50 años empezamos a darle mayor importancia, pensado incluso a veces que tenemos enfermedades que no tenemos.
Y, es que mucha gente piensa que cuando nos vamos haciendo mayores la concentración y la memoria se van perdiendo de manera irremediable. Y, esto no es exactamente así. Si es verdad, que nos volvemos más vulnerables, y nuestra capacidad para concentrarnos disminuye, por lo que necesitaremos trabajarla más para mejorarla y mantenerla en el tiempo, al igual que con nuestra memoria.
Neurocientíficos de todo el mundo han demostrado que la memoria se puede entrenar y mejorar a lo largo de toda la vida, hasta la vejez, e incluso prevenir y retrasar posibles enfermedades neurodegenerativas. Según estos, con la edad la memoria requiere de mayor entrenamiento ya que se vuelve más sensible a sufrir deterioro, como el resto de nuestro organismo. Pero que por regla general a medida que nos vamos haciendo mayores, ¡menos la ejercitamos!. Y, las conexiones neuronales encargadas de la memoria, van desapareciendo.
Es decir, con la edad nuestra memoria falla más por “falta de uso”.
Pero, además de no ejercitarla existen otros factores que pueden llevar a que una persona tenga problemas con su memoria, quitando casos de enfermedades neurológicas, podemos encontrar factores como:
La salud: Hipotiroidismo, diabetes, problemas hormonales como la menopausia, no descansar bien ni el tiempo suficiente, no alimentarse adecuadamente; mucha gente que tiene carencia de vitamina B- B12 suelen tener olvidos derivados de una mala alimentación. No hacer ejercicio físico. Tomarse ansiolíticos, antidepresivos, pastillas para poder dormir, etc. Todo este tipo de medicación nos ayuda a combatir nuestra enfermedad, pero por otro lado, muchas veces, hace que nuestra capacidad de concentración disminuya y por lo tanto nuestra memoria. Pero, si la tenemos pautada, nunca debemos de dejarla sin la supervisión previa de nuestro médico.
Factores externos: Estrés del tipo que sea: familiar, laboral, económico. . Muerte de un familiar. Una mudanza. Una jubilación no deseada. La soledad no elegida. Intentar hacer muchas cosas a la vez, y/o pensando en todo lo que tenemos que hacer… Resultado: nos bloqueamos.
Todo este tipo de situaciones hace que nuestra capacidad para prestar atención disminuya considerablemente, y por lo tanto no podemos retener la misma información que cuando estamos relajados.
“En el 70 u 80% de los casos en que una persona no recuerda algo no es porque tenga una mala memoria, es porque previamente no ha prestado la suficiente atención”. De ahí la importancia de ejercitarla cada día de manera consciente.
Así, que si tienes más de 50 años, no entrenas tu mente y memoria, tienes algún problema de salud, y probablemente algún problema externo, ¡cuidado!, todo junto se puede convertir en una bomba de relojería, haciéndote pensar que tienes una enfermedad que no tienes.
“La sugestión es la peor de las enfermedades”.
Si quieres estar sano y mejorar sal a la calle, relaciónate, aliméntate adecuadamente, camina, relájate, descansa. Y, ¡ENTRENA TU MENTE Y MEMORIA!
Rosmary Romero Romero
Centro de Estimulación de la Mente y la Memoria (CEMM)